Tras 41 años, Deucardo Rodríguez volvió a abrazar a su familia en Florencia, Caquetá.
La búsqueda de su hija Lucrecia, acompañada de la Asociación de Familiares y Víctimas de Desaparición Forzada en el Caquetá y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas hizo posible el reencuentro. Ser hija, crecer, estudiar, trabajar, ser madre… En cuarenta años cabe una vida entera. Para María Lucrecia y su familia, esa vida también estuvo marcada por la búsqueda incansable de su padre, Deucardo Rodríguez. Una historia suspendida que volvió a empezar el día que Deucardo regresó a Florencia y le dio a cada hija, hijo, hermana y sobrina, el abrazo que les había guardado por más de cuatro décadas.
